-¡P’tas que me gustaría ser poeta!
-¡Hombre! En Chile todos son poetas. Es más original que sigas siendo cartero…
-¡Déme un ejemplo!
-“Me llamo mar, repite pegando en una piedra sin lograr convencerla. Entonces con siete lenguas verdes, de siete tigres verdes, de siete perros verdes, de siete mares verdes, la recorre, la besa, la humedece, y se golpea el pecho repitiendo su nombre”. –Hizo una pausa satisfecho-. ¿Qué te parece?…
-¿Cómo se lo explicaría? Cuando usted decía el poema las palabras iban de acá pa’llá.
-¡Como el mar, pues!
-Sí, pues, me movían igual que la mar…
-Te mareaste.
-¡Claro! Yo iba como un barco temblando en sus palabras.
Los párpados del poeta se despegaron lentamente.
-“Como un barco temblando en mis palabras”.
-¡Claro!
-¿Sabes que has hecho Mario?
-¿Qué?
-Una metáfora… Contra los vidrios turbios de sal y polvo, soplaba una ráfaga que los hacía vibrar. Mario mantuvo la vista sobre una flor derramada contra el canto de un jarrón de greda, y reprodujo el texto…
-“Dolor e indignación asesinato presidente Allende…”
-Otro –dijo el vate sintiendo que subían sombras a sus ojos y que, como cataratas o galopes de fantasmas, buscaban trizar los cristales para ir a reunirse con ciertos cuerpos borrosos, que se venían levantando desde la arena… su casa frente al mar y la casa de agua que ahora levitaba tras esos vidrios que también eran agua, sus ojos que también eran la casa de las cosas, sus labios que eran la casa de las palabras y ya se dejaban mojar dichosamente por esa misma agua que un día había rajado el ataúd de su padre…
Mario lo abrazó desde atrás, y levantando las manos para cubrirle las pupilas alucinadas, le dijo:
-No se muera, poeta.

Antonio Skármeta©

Escritor chileno, nacido en Antofagasta, que también ha destacado como director de cine. Estudió Filosofía y Letras en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde se graduó en 1964. Durante esos años era conocido en su país por sus trabajos como actor y director del grupo de teatro estudiantil CADIP. Amplió sus estudios en Estados Unidos y fue profesor en la Universidad de Chile desde 1967 hasta 1973, año en el que, tras la caída de Salvador Allende, se trasladó primero a Buenos Aires y después, en 1975, a Berlín. Desde entonces se dedica a la literatura, el periodismo, el cine y a impartir clases como profesor invitado en diversas universidades estadounidenses y europeas. Su actividad docente abarcó la enseñanza de filosofía contemporánea, dramaturgia y literatura. Su primer libro fue una colección de cuentos, El entusiasmo (1967), al que siguieron Desnudo en el tejado (1969, Premio Casa de las Américas), El ciclista del San Cristóbal (1973) y Novios y solitarios (1975). A partir de esta época se dedicó con gran entusiasmo al cine, como actor, guionista y director. Su novela corta Ardiente paciencia (1985), que previamente había conocido una versión teatral (1984) y antes un guión para la radio (1983), se llevó al cine en 1995 con el título El cartero y Pablo Neruda, película dirigida por Michael Radford e interpretada por Massimo Troisi y Philippe Noiret. Fue esta película la que supuso el reconocimiento y la recuperación de Antonio Skármeta como escritor. Su literatura se caracteriza por la amenidad, la fluidez verbal y un agudo sentido del humor. Otros títulos importantes de novela son Soñé que la nieve ardía (1975); La insurrección (1982); No pasó nada (1982), patética y poética historia sobre el exilio chileno en Berlín, visto y narrado por un adolescente reflexivo e inocente; Match-Ball (1989); La velocidad del amor (1997), en la que con su humor habitual analiza el mito de Lolita, de la obra homónima de Nabokov; la novela histórica La boda del poeta (1999, Premio Médicis 2001 a la mejor novela extranjera); La chica del trombón (2001) y El baile de la victoria (2003). En 2002 recibió el Premio UNESCO de Literatura Infantil y Juvenil en pro de la Tolerancia por su obra La composición. Se ha dedicado a la elaboración de guiones para cine y radio, así como a la dirección de un programa literario en la Televisión Nacional de Chile. Su actividad como guionista de cine incluye las películas Reina la tranquilidad en el país y La insurrección, de Peter Lilienthal, y Desde lejos veo este país, de Christian Ziewer. Muchas de sus obras han sido traducidas a varios idiomas, llevadas al cine y, como en el caso de Ardiente paciencia, al teatro.